¿Qué tan dañinas son las bebidas gaseosas?
Si eres de las personas que consumen estas bebidas de forma habitual, es esencial saber el daño que hacen las bebidas gaseosas. Reducir o eliminar su consumo puede tener grandes beneficios para el organismo.
¿Por qué se beben tantas bebidas gaseosas?
A la larga provocan adicción ya sea por la cantidad de azúcar, cafeína u otros químicos legales pero adictivos que poseen los refrescos.
Daños que hacen los refrescos a tu salud.
-
Alteraciones renales
Están cargadas de ácido fosfórico, el cual estimula la formación de cálculos renales.
-
Enfermedades cardíacas
Las personas que consumen más de 1 gaseosa al día, independientemente de si es dietética o no, tienen 50% de riesgo de desarrollar el síndrome metabólico, cuyos síntomas son insulino-resistencia, hipertensión, triglicéridos y obesidad abdominal.
-
Osteoporosis
Son bebidas con un PH extremadamente ácido, lo que obliga al cuerpo a extraer el calcio de los huesos y dientes para contrarrestar la acidez, ya que son minerales alcalinizantes
-
Obesidad
Hay grandes cantidades de azúcar refinada en las bebidas gaseosas (sacarosa y maíz de alta fructuosa).
La fructosa afecta los niveles de presencia en la sangre de hormonas como insulina, leptina (hormona que inhibe el apetito) y la grelina (la hormona que estimula el hambre).
-
Problemas intestinales
Los edulcorantes alteran nuestra flora intestinal, la cual es fundamental para mantener una buena salud y un peso normal.
Consejos para dejar las bebidas gaseosas.
-
Reduce su consumo poco a poco.
-
Combínalo con agua.
Puede ser incluso con un poco de gas y limón al principio.
-
Empieza a contar tus calorías.
Para que te des cuenta de lo mucho que estás consumiendo.
-
Piensa en cuánto ejercicio necesitarás.
Necesitaras caminar 8 km o trotar 50 minutos para quemar las calorías que contiene una botella de medio litro de refresco.
-
Bebe antes un vaso con agua.
Cuando tengas la imperiosa necesidad de beber una dosis de refresco, llena un vaso grande con agua con hielo y bébelo antes.
-
Cámbialo por alternativas naturales.
Como té kombucha o agua de coco.
-
Compra refrescos sin cafeína.
Si bebes mucho refresco y aún no estás listo para dejarlo, intenta comprar versiones libres de cafeína.
-
Aléjate de las cosas que te incitan a beber refresco.
Como comidas muy saladas
-
Inténtalo por 21 días.
Es lo que necesita el cuerpo para acostumbrarse a un nuevo hábito.
-
Déjalo para ocasiones especiales.
Una vez que logres romper el hábito de beber refresco y que la bebida pierda el poder que tiene sobre ti, lo puedes tratar como a cualquier alimento chatarra. Si realmente te gusta el sabor, toma un versión light de vez en cuando.