Cómo hacer limpieza hepática en casa
Los elementos necesarios para llevar a cabo la limpieza hepática de Andreas Mortiz son:
-Un bote de Sales de Epsom.
-Medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
-Un zumo de pomelo (preferiblemente rosa). Si no le gusta o no lo encuentra puede sustituirlo por zumo de limones y naranjas a partes iguales.
-Seis litros de zumo de manzana, preferiblemente ecológicas (hay que ingerir uno al día). También puede sustituirse por cápsulas de ácido málico.
Tomar cada día -y durante seis- un litro de zumo de manzana (o, en su defecto, 3 cápsulas de ácido málico al día) en pequeños tragos a lo largo del día. La razón es que el ácido málico del zumo de manzana reblandece los cálculos. Además de tener un efecto fermentador que favorece la expansión de los conductos biliares. Eso sí, durante esos seis días no debe ingerirse nada frío. Se deben evitar las comidas de origen animal, los productos lácteos y los fritos restringiendo además las cantidades a tomar.
La limpieza propiamente dicha, como ya dijimos, comenzará el sexto día por la tarde. Ese día sólo se debe ingerir en el desayuno frutas y zumos. Ni comidas proteínicas, ni mantequilla, ni aceite. Y a mediodía verduras al vapor con arroz blanco. En cuanto a la bebida, sólo agua.
Hacia las 18.00 horas, se echarán 4 cucharadas soperas de Sales de Epsom en una jarra o tarro a la que se añadirá el agua correspondiente a tres vasos grandes llenos. Una vez bien mezclado todo se bebe un primer vaso lleno en sus tres cuartas partes.
Operación que debe repetirse de nuevo a las 20.00 horas. Esto se hace porque las Sales de Epsom llevan magnesio. Además de tener un ligero efecto laxante -de hecho mucha gente con estreñimiento las usa habitualmente- tiene la gran virtud de dilatar los canales del hígado y el coledoco -conducto que desemboca en el duodeno y transporta la bilis- lo que facilita la salida de las piedras.
Poco antes de las 22.00 horas debe mezclarse en otra jarra o tarro medio vaso de aceite de oliva virgen extra y tres cuartos de vaso de zumo de pomelo exprimido a mano y sin pulpa (o, en su defecto, zumo de naranjas y limones mezclados). Y tras agitar la mezcla con fuerza beberla lentamente estando de pie junto a la cama. A continuación, debe acostarse inmediatamente; mejor sobre el costado derecho y con las piernas encogidas en posición fetal. Con el fina de que la mezcla penetre mejor hacia la vesícula.
El zumo de pomelo permite quitarle el sabor al aceite. Además es rico en vitamina C, depurativo, antiséptico natural, antimicrobiano y rico en ácidos cítrico, galacturónico, fórmico y málico. En cuanto al aceite además de ser lubricante y facilitar la expulsión de las piedras provoca la elaboración de mucha bilis. Tomar un vaso de aceite para eliminar cálculos es en realidad un remedio muy antiguo pero tiene el riesgo de que las piedras pueden quedarse bloqueadas y producir dolorosos cólicos… algo que se evita con la acción del ácido málico y la dilatación de los canales gracias a las Sales de Epsom.
Es todo de momento. Luego hay que intentar dormir. Lo único que se puede notar en la limpieza hepática, es que los cálculos se están desplazando por el hígado y cómo la vesícula se esfuerza en expulsarlos. Y quizás necesite ir al baño para evacuar pero luego debe acostarse de nuevo.
Transcurrida la noche deberá volver a ingerir las sales de Epsom diluidas hacia las 6.00 o 6.30 de la mañana del domingo y, por último, la cuarta y última toma hacia la 8.00 u 8.30. Dos horas después podrá ya ingerir si tiene hambre algún zumo y media hora más tarde una o dos piezas de fruta fresca. Y pasada otra hora más algún alimento sólido no muy pesado.
Todo dependerá de cómo se encuentre ya que a lo largo de esa mañana dominical -y quizás también por la tarde- tendrá que acudir varias veces al baño para empezar las evacuaciones de piedras. Sabrá que es así porque flotarán en el agua y podrá hasta contarlas.